domingo, 7 de diciembre de 2008

Querido Papá Noel...


Querido Papá Noel:


Llega otra vez Navidad.. Período mágico del año, si los hay, donde la fantasía nos alegra la vida, y la esperanza se renueva. Época de reencuentros, de perdón, de olvido y de dejar atrás lo que nos atormentó durante el año, para volver a creer y comenzar uno nuevo llenos de energía.
Tercera navidad consecutiva fuera de casa y, primera sin ver adornos, luces, árboles de navidad por doquier. Primera sin escuchar Jingle Bells ni villancicos en cada uno de los lugares donde entro, pues querido Santa, en China no festejan la navidad.


Después de 10 navidades completamente tristes, vividos con profunda angustia y opacados con desgracias familiares, el año pasado por fin me regalaste una navidad feliz. Sorpresivamente me encontré en un hermosísimo departamento en Boston, con las dos personas más importantes de mi vida que son Flor y mamucha. No tuvimos grandes fiestas, ni una gran comida.. Nos bastó con caminar juntas de la mano por los Public Gardens y llorar abrazadas dejando atrás todo lo feo que nos había pasado, y festejar que por fin la vida nos daba revancha para empezar a ver la luz al final del camino.


Papá Noel, el año pasado te pedí que me trajeras felicidad. A estar con mi familia en ese inmejorable ambiente se sumó el reencuentro con la persona de la cual estaba profunda y locamente enamorada y que es sin duda, el hombre mas importante de mi vida después de papá.
La alegría se me salía del pecho, la felicidad la irradiaba por los poros y una sensación de inmensa paz invadía mi alma. Qué mas le podía pedir a la vida?


Claro que no pasó mas que hasta que el Sol salió que di cuenta que nuevamente había caído en su trampa y sólo había sido producto de su borrachera, como cada una de las veces anteriores y las que le siguieron. Pero ya fue demasiado tarde para explicárselo a mi corazón ciego de amor. Pero aún así, fue la navidad mas feliz en 10 años.

Pero este año, tengo otro pedido especial… Papá Noel este año quiero pedirte dejar de tener miedo. Ya no quiero tener miedo a la oscuridad, ya no quiero tener miedo a quedarme sola, ni a que algo horrible le pase a mi familia, ya no quiero tener miedo a morirme. Ya no quiero sentirme aterrada a mostrarme vulnerable, ya no quiero tener miedo a que jueguen con mis sentimientos, ni a que sepan lo débil que soy. Yo solo quiero ser feliz y saber que papá todavía tiene su mano protectora sobre mí y está orgulloso de su princesa menor. Lo estará a pesar de no ser la abogada que siempre quiso que fuera?


Estaré ansiosa esperando con qué vas a sorprenderme este año.



Antonela De Bernardo

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